¡Buah! ¡Estrujar cabezas! ¿Puede haber algo más satisfactorio? ¡Qué placer siente uno al ver cómo se deforma la cara del veloz Sonic! A mí el erizo azul siempre.
¡Ay qué tiempos aquellos! Esa mezcla de pavor y nostalgia, de vergüenza y ternura, que te sobreviene cuando por alguna extraña razón te plantas delante de una foto.
Muñecos antiestrés para apretar hay muchos, eso lo sabemos todos, ahora bien, que den tantas ganas de apretujarlos como este lindo gatito, pocos. Parece que se encuentra recién.